Vivimos inmersos en una sociedad dominada por el estrés y el nerviosismo. Corremos pero sin saber a dónde. Todo se transforma en una carrera eterna; el tema es que el punto de llegada cada vez queda más lejos y nunca logramos alcanzarlo. Existen técnicas que nos ayudan a recuperar el equilibrio perdido, para poder mejorar nuestra calidad de vida y ser realmente felices.
Imaginemos que es otoño, y tenemos que ignorar que cada hoja que cae de los arboles no toque el suelo. Seguramente, estaríamos al borde de la locura todo el tiempo y nos estresaríamos. Lo mismo sucede cuando intentamos cumplir con todo y todos: queremos estar en varios lugares al mismo tiempo, contar con la aprobación ajena y, como si todo esto fuera poco, obtener solo resultados positivos de todo lo que encaramos. Por supuesto, somos mortales, por lo que más de la mitad de las cosas quedan a medio camino, y cuando alcanzamos nuestras metas estamos tan extenuados que se nos hace difícil poder disfrutar en plenitud. Según el psicólogo británico Douglas Miller, una de las epidemias del mundo occidental es la ansiedad. ¿Cómo eliminarla por completo de nuestra vida?
Sanas Perspectivas: tenemos que empezar a asignarle a las cosas el valor que realmente tiene. El trabajo, por ejemplo, forma parte de nuestra vida, pero no representa toda nuestra existencia. Esto significa que correr las veinticuatro horas, dejando nuestra salud física y mental no es una opción inteligente. Cuando cada ámbito de nuestra vida comienza a cobrar la real importancia que tiene, se abre un mundo de posibilidades y de nuevas experiencias.
Cambios Rutinarios: hacer siempre lo mismo estresa. Mucha Gente repite cada día la misma rutina como una suerte de “colchón de seguridad”. De esta forma, se auto protegen frente a sucesos o situaciones imprevisibles ¿Cuál es el resultado de todo esto? Vivir en una burbuja, en la que difícilmente pueda pasar algo nuevo o interesante. Para cortar con esta tendencia, es aconsejable preguntarse cada día “¿Hace cuanto que no hago algo nuevo? Esto no solo ayudara a erradicar el aburrimiento alienante, sino que desviara la atención hacia nuevos horizontes.
Generosidad Calmante: una forma de terminar con la ansiedad, es tener un fin que vaya más allá del beneficio personal. Poder brindar ayuda o hacer feliz al otro en forma desinteresada es una de las mayores habilidades emocionales. El simple hecho de ser capaces de cambiar la realidad de otra persona puede hacer que nuestros nervios se disipen y nos sintamos mucho más despreocupados y satisfechos.
No tener altas expectativas: siempre es agradable recibir un halago; el tema es que debemos estar acostumbrados a que nadie está obligado a ofrecernos cumplidos en forma constante. El estar pendientes de la aprobación ajena nos puede sumir en un estado permanente de ansiedad, por lo que una buena medida anti estrés es, justamente, hacer y decir sin esperar palabras “floridas” de parte de los demás.
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