Tras la iniciación puede parecer que nuestra condición ha empeorado o presenta mayor gravedad; en realidad, estaremos pasando por un proceso de limpieza que no puede ser evitado. Ese proceso puede comportar graves crisis, pues estarán siendo erradicados bloqueos energéticos antiguos. Las toxinas e impurezas
consideradas como basura energética se almacenan en el ser humano durante toda su vida, minimizando la calidad de vida; y durante esta eliminación serán desechadas todas las toxinas e impurezas de nuestros cuerpos físico, mental, emocional y espiritual.
La “limpieza” ocurrirá a través de las heces, la orina, el sudor, los
pensamientos, los sueños, y en forma de los sentimientos negativos que se generaron. Tras la remoción de esos sedimentos, el cuerpo estará apto para funcionar de forma más armoniosa y positiva.
El practicante de Reiki, después de cada iniciación en diferentes niveles de la práctica, podrá sentir reacciones emocionales (rabia/amor), magnéticas (rechazo/atracción), mentales (pensamientos/confusiones) y espirituales (construcción/destrucción). Este proceso durará un máximo de veintiún días.
La limpieza, en su recorrido desde el centro coronario hasta el centro
cardiaco, lleva más o menos tres días. La de los centros inferiores lleva más tiempo, aproximadamente los dieciocho días restantes, por ser más densos y de vórtices menos veloces.
Durante ese periodo de eliminación, es imprescindible que se realice la autoaplicación, diariamente, para facilitar el proceso de limpieza, principalmente las posiciones 1 y 4, de la cabeza; 1 y 3, de la frente, 3 y 4, de la espalda.
Durante esas tres semanas, es aconsejable evitar, o al menos minimizar, el consumo de bebidas alcohólicas, carne roja y enlatados. Procure ingerir bastante agua, frutas, legumbres, verduras y alimentos con alto contenido de fibras.